Post by sandaherd on Jan 7, 2023 15:54:39 GMT
El citrato de sildenafilo es un medicamento de uso común para el tratamiento de la disfunción eréctil (DE). Amplifica la acción del óxido nítrico (NO) mediante la inhibición selectiva de la fosfodiesterasa tipo 5 (PDE5), responsable de la hidrólisis del monofosfato de guanosina cíclico (GMPc) en el cuerpo cavernoso [1]. La acumulación de GMPc intracelular provoca la relajación de la musculatura lisa del pene, la dilatación de las arteriolas y el aumento del flujo sanguíneo, lo que causa la erección del pene [2]. Aunque el sildenafilo parece ser muy eficaz en el tratamiento de la disfunción eréctil, es necesario abordar algunas cuestiones relativas a sus efectos secundarios. Entre los efectos secundarios más frecuentes del sildenafilo se encuentran dolor de cabeza, enrojecimiento de la piel, indigestión y alteraciones visuales [3]. En estudios anteriores también se han notificado efectos adversos neuropsiquiátricos, como mareos, depresión, ansiedad, insomnio, sueños anormales, cambios de comportamiento y nerviosismo [4]. Sin embargo, hasta ahora se ha hablado poco de la psicosis inducida por sildenafilo. Aunque poco frecuente, este grave efecto secundario produce resultados negativos, incluso en presencia de una respuesta favorable a la medicación. Por lo tanto, los médicos deben ser conscientes de la posibilidad de este efecto secundario. Presentamos aquí a un paciente, sin antecedentes psiquiátricos conocidos, que desarrolló síntomas psicóticos tras el inicio del tratamiento con sildenafilo. También postulamos un mecanismo por el que esto puede ocurrir. Este informe subraya la importancia de la observación atenta de la aparición de efectos secundarios raros pero graves de la risperidona.
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Un varón iraní de 32 años fue remitido a nuestro hospital debido a síntomas psicóticos que incluían celos delirantes, delirio de referencia y alucinaciones auditivas. Los síntomas psicóticos se habían manifestado aproximadamente una semana antes de su remisión, cuando su familia notó que a veces hablaba solo y se volvía muy hostil hacia ellos. También sufría de insomnio e irritabilidad y tenía arrebatos de comportamiento agresivo. No había síntomas consistentes con manía o hipomanía, y no tenía ningún episodio previo de síntomas psicóticos o del estado de ánimo. El paciente no informó de antecedentes de exposición a sustancias químicas tóxicas, traumatismo craneal, convulsiones u otras afecciones médicas que pudieran causar psicosis. Recientemente se le había diagnosticado disfunción eréctil leve (puntuación 20 del Índice Internacional de Función Eréctil) [5] y se le había recetado sildenafilo 50 mg en dosis única, no más de una vez al día, 1 hora antes del coito durante las últimas 2 semanas. No tomaba ningún otro medicamento mientras utilizaba sildenafilo. Fumaba tabaco desde hacía 4 años y no tenía antecedentes de abuso de alcohol o drogas ilícitas. No había antecedentes familiares de trastornos psiquiátricos. El nacimiento y el desarrollo temprano estaban aparentemente dentro de los límites normales. El rendimiento escolar era medio y, desde que terminó el bachillerato, el paciente trabajaba en una fábrica. Su familia lo describía como una persona extrovertida, trabajadora y responsable. En la exploración del estado mental, estaba alerta y orientado en cuanto a lugar, tiempo y persona. Su exploración física, que incluía una evaluación neurológica y genitourinaria exhaustiva, era normal. Todos los análisis de sangre rutinarios, incluyendo hemograma completo, glucosa en sangre en ayunas, hemoglobina A1c, perfil lipídico, electrolitos, pruebas de función renal y hepática, pruebas de función tiroidea, niveles de vitamina B12, ácido fólico y vitamina D, y un electrocardiograma estaban dentro de los límites normales. Las pruebas de detección de sífilis, virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y hepatitis B y C, así como el cribado toxicológico, fueron negativos (Tabla 1).
Se realizó una resonancia magnética para descartar lesiones ocupantes de espacio o infartos vasculares. Dado su estado, el paciente fue ingresado en la planta de psiquiatría. Se suspendió el sildenafilo y se prescribió risperidona en forma oral a 4 mg/día. Sorprendentemente, todos los síntomas psicóticos remitieron sólo 1 semana después del inicio de la risperidona, y posteriormente fue dado de alta tras 10 días de hospitalización. Sobre la base de la presentación clínica, las investigaciones y el resultado del tratamiento, se consideró un diagnóstico provisional de trastorno psicótico inducido por sildenafilo según los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-5). Un mes después del alta hospitalaria, el paciente no refirió síntomas psiquiátricos y se le retiró la risperidona en 2 semanas. Aproximadamente 4 meses después, fue traído a la clínica por su familia debido a la recurrencia de síntomas psicóticos similares que se produjeron después de tomar sildenafilo una sola vez. Se volvió a administrar risperidona y se aumentó gradualmente hasta 4 mg/día. El paciente se recuperó completamente en 2 semanas. Las visitas de seguimiento durante los 12 meses siguientes no revelaron ninguna recurrencia de los síntomas.